Las fibras de carbono están formadas por átomos de carbono organizados en estructuras cristalinas largas y delgadas de 5 a 10 micrones de diámetro. Estas fibras se pueden usar solas o en haces, que son varios miles de fibras individuales agrupadas. En la fabricación moderna, la fibra de carbono casi siempre se combina con otros materiales para formar un compuesto. Cuando se unen con una matriz de resina termoplástica o termoestable, los cables de fibra de carbono pueden tomar varias formas para su uso en aplicaciones de ingeniería. Más comúnmente, se envuelven alrededor de mandriles para formar tubos, se pasan a través de troqueles para pultrusiones o se tejen juntos en cintas y telas. Esta combinación crea geometrías fuertes y personalizadas que se pueden usar en las industrias aeroespacial, automotriz, militar y otras.